jueves, 16 de julio de 2015

El caso de la señora pobre con iPhone.

El otro día recibí una reserva para febrero de 2016. Sí, hay gente que puede planificarse sus vacaciones con 7 meses de antelación. Según las condiciones del establecimiento en el que trabajo, se le hará un cargo del 50% en el momento de efectuar la reserva para confirmarsela y comprobar así que la tarjeta es válida y no nos quedemos con los pies colgando y una habitación sin vender. 

El caso es que al día siguiente recibo su cancelación: 

"¡Qué abuso es este! Bla bla bla ¡Cargar a mi tarjeta de crédito sin mi consentimiento! bla bla bla ¡7 meses antes de mi llegada! bla bla bla ¡He reservado en muchos hoteles en Booking y es la primera vez que me pasa! bla bla bla ¡Quiero mi dinero! bla bla bla ¡DUDO QUE ASÍ TENGAN CLIENTES!"



Bueno, vale, señora, tranquila. Primero, ¿alguien se molesta en leer las condiciones del hotel que reserva? Digo yo, por casualidad, ¿eh?, no sé, para saber qué reserva y tal. Yo, con muchísima educación le contesté algo parecido a lo que sigue: 

"Sentimos mucho el malentendido, según nuestras condiciones en la página por la que ha reservado se le cargará el 50% ahora y el resto lo pagará a su llegada durante el Check In. Puede que sea la primera vez que le pasa, pero cada hotel tiene su política de reserva y cancelación, y la nuestra es así. ¡Ah! En cuanto a lo de los clientes, de momento sí, y la mayoría muy satisfechos: un 8'6 de media en la página web por la que ha reservado lo certifican. Que tenga una buena semana."



Se abrió al veda.

"Entiendo que su política de reservas y cancelación sea esa, pero mi política familiar no me permite desembolsar esa cantidad de dinero 7 meses antes. bla bla bla. Tal y como está la situación económica en nuestro país no creo que sea lo más acertado por vuestra parte. bla bla bla. No soy un banco ni una financiera. bla bla bla. Es que es un abuso lo vuestro. bla bla bla. 

ENVIADO DESDE MI iPHONE"



Imaginaos mi cara al ver lo último. Que no tenía dinero para pagar la mitad de la reserva que ella misma había hecho, que nadie le había obligado a escogernos, que lo decidió ella... pero eso sí, con su iPhone. Pues nada señora, esperemos que encuentre otro establecimiento que se adecue a sus condiciones... 

Supongo que será cosa de prioridades. ¿no? 

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